Como ya comentamos en nuestro post anterior, los beneficios de la automatización de procesos no son difíciles de encontrar. Cuando dejas que el software se encargue de las tareas, agilizas tus flujos de trabajo, ahorras dinero y mejoras tanto la moral de tu plantilla como la satisfacción de los clientes. Teniendo en cuenta la ventaja competitiva que te aporta este cambio, invertir en automatización es una apuesta segura.
Por supuesto, es muy fácil hablar de lo útil y práctica que es la automatización de procesos. Ahora bien, en la práctica ¿cómo puedes lanzarte y automatizar una tarea determinada dentro de un proceso?
Lo cierto es que esta es una pregunta bastante delicada porque una buena respuesta es vital para acertar. Si aplicas la automatización en un área donde no es necesaria, el retorno sobre la inversión no te compensará. O peor aún: si no implementas bien la automatización de un determinado paso, podrías generar un profundo agujero por el que se irá tiempo y dinero hasta que lo soluciones.
En este post, te ofrecemos una descripción general para que comprendas cómo puedes cambiar el rumbo y pasar del trabajo manual a la automatización protegiendo tu inversión en tecnología.