Aunque las grandes marcas globales están dominando el sector de las telecomunicaciones de varias formas, sigue quedando suficiente espacio para que los pequeños negocios consigan hacerse un hueco con éxito en sus respectivos mercados. Sin duda esto es algo que Kelly Hopp ha descubierto en los 11 años que lleva trabajando en Altitude Communications, un Partner Wildix en Alberta, Canadá.
En esta edición de “Mujeres y Tecnología», hablamos con Kelly sobre lo que le ha llevado hasta su posición única en Altitude y sobre lo que está consiguiendo desde allí.
Comienzos en Altitude
Tal vez lo que más define la naturaleza única del trabajo de Kelly en Altitude es que su cargo exacto es difícil de precisar.
«Mi puesto depende del día», explica riendo, «pero mi título oficial es Marketing Manager.»
Específicamente, esto implica que Kelly es responsable de un amplio abanico de obligaciones de liderazgo que incluyen la gestión de marketing, ventas y otras conexiones. Esto incluye supervisar la página web de Altitude, gestionar a los colaboradores y los programas internos de ventas, ocuparse de la atención al cliente y cerrar operaciones comerciales.
Lo más interesante es que estas no son las responsabilidades que Kelly asumió cuando se unió a Altitude, sino tareas que fue asumiendo después a medida que era necesario.
«Cuando trabajas en una empresa pequeña te das cuenta de que, para que te vaya bien, tienes que ser muy polivalente», aclara. «Soy muy extrovertida y siempre me ha parecido muy natural moverme en el campo de las ventas y el marketing, especialmente en lo que tiene que ver con la gente. Así es como conseguí la responsabilidad del programa de socios: nosotros como equipo de gestión identificamos la necesidad de este recurso y vi que era una cuestión estratégica que necesitábamos desarrollar inmediatamente.»
La versatilidad del rol de Kelly en Altitude no es el único giro inesperado que se produjo en su carrera. De hecho, su entrada en el mundo de las telecomunicaciones también fue un suceso imprevisto.
«Estudié artes gráficas y con el tiempo me fui interesando cada vez más en el marketing», nos cuenta. «El networking me abrió las puertas de la industria de las telecomunicaciones y empecé en una de las principales empresas de teleco de Canadá. Gané mucha experiencia en distintos puestos, llegando a asumir muchas responsabilidades. Entonces, me di cuenta de que quería algo más flexible y creativo, algo que estaba segura que encontraría en una start-up más pequeña.»
Camino hacia el crecimiento
Como cabría esperar en un profesional que realiza un giro semejante en su trayectoria, Kelly no teme a los cambios. Principalmente, esto implica reconocer la necesidad de mantenerse en todo momento actualizado sobre las últimas tendencias tecnológicas, ya que esto tiene una importancia inmediata en sus tareas principales de gestión de ventas, marketing y conexiones.
«Para ser tenido en cuenta de verdad en este mundo y para conseguir realmente tener éxito, necesitas formarte en tecnología”, enfatiza. “Confío en mis conocimientos técnicos y puedo aconsejar a los clientes porque comprendo sus necesidades. Personalmente creo que es importante para mis clientes que entienda lo que necesitan y les ayude a encontrar soluciones.»
Naturalmente, Kelly también busca mejorar sus conocimientos en sus funciones directas. Pero perseguir este crecimiento no ha sido un camino de rosas.
«La única cosa que resulta más difícil al trabajar para una pequeña empresa es asegurarte de que puedes encontrar mentores», explica. «Diría que ha sido desafiante para mí ya que no tengo acceso a una tutorización formal como la que las grandes empresas ofrecen a sus empleados. Es un poco distinto en una organización pequeña porque tengo que ser creativa para garantizar que puedo ser una mentora así como tener acceso a otros mentores para mí.»
Por suerte, Kelly también cuenta con varios de esos mentores de los que aprender. Al preguntarle en quién se fija para seguir creciendo profesionalmente, responde:
«Más mujeres locales y de alto nivel en el mundo de la empresa. Realmente he tenido mucha suerte al poder conocer a un par de directoras y ejecutivas de grandes empresas que han querido compartir su conocimiento e información sobre la gestión de procesos y personas.”
«También recurro a podcasts y libros de negocios para inspirarme. Uno de mis escritores favoritos es Brene Brown: leo mucho de su material y me parece que puedo incorporar todo lo que aprendo a mi trabajo.»
Kelly cita a estas personas en especial porque considera que sus compañeras, mujeres de negocios, suponen una fuente importante de inspiración:
«Creo que es importante para las mujeres ser capaces de apoyarnos unas a otras mientras conseguimos el éxito en las compañías tecnológicas. Seguimos siendo muchas menos que los hombres y me alegro por cada mujer que marca la diferencia con su tenacidad y trabajo duro. Hay muchas mujeres verdaderamente inteligentes y me gustaría que tuvieran un largo recorrido en esta industria.»
De algún modo, Kelly ve un elemento personal en este deseo de elevar a otras mujeres, tal y como queda reflejado en su propia trayectoria profesional.
«Si pudiera mirar atrás y hablar conmigo misma hace 10 años, me diría ‘mantente fuerte y segura de quién eres’. Hubiera sido muy fácil para mi yo de ahora”, confiesa. “Aprendes mucho en cada década de tu carrera y sin duda esta ha sido la década de ‘conquista tu confianza’.»
Sin embargo, este deseo de inspiración también tiene su origen en algunos momentos negativos que Kelly ha vivido en su trayectoria como mujer en el sector tecnológico.
«Como mujer en una industria dominada por hombres, tengo suerte de trabajar con algunos compañeros y clientes geniales. Pero ha habido momentos en mi carrera en los que ha sido más duro que me tomaran tan en serio como quería.»
Superar esta actitud no siempre ha resultado fácil, al contrario:
«Se trata del equilibrio entre ser capaz de afirmarte a ti misma y demostrar lo que vales manteniendo en todo momento la profesionalidad y la seguridad. Creo que esto puede resultar muy exigente para las mujeres en sus carreras profesionales, especialmente en posiciones de liderazgo en las que constantemente buscas el equilibrio entre mantenerte fuerte y no resultar agresiva.»
Más flexibilidad
El equilibrio es algo que Kelly también intenta conseguir mediante el smart working, aunque destaca que “equilibrio” no es la palabra que más le gusta para expresar este concepto.
«Una de las cosas más importantes es lo que me gusta llamar ‘work-life flow’ [flujo trabajo-vida]», explica. «Porque ‘equilibrio’ es una palabra extraña… no sé lo que significa para cada persona en concreto. Me gusta la idea de que tu vida fluya: cuando las necesidades de tu familia son muchas, pasas más tiempo cubriéndolas; cuando estás muy ocupada en el trabajo, puedes invertir el tiempo necesario trabajando desde casa”.
«Hay un flujo en tu forma de administrar tu tiempo”, enfatiza. “Estás constantemente buscando la forma para hacerlo todo.»
El modelo de smart working y, en especial, las medidas adoptadas por su empresa, Altitude, han contribuido a que este flujo funcione para Kelly.
«El smart working permite flexibilidad, especialmente cuando tienes una cultura empresarial que apuesta por la confianza”, dice. «En Altitude siempre hemos sido una organización muy flexible y siempre hemos tenido la posibilidad de trabajar desde casa. Una de las cosas que más me gustaba hacer, antes del Covid, era pasar la mitad del día en una cafetería, concentrada al máximo en un proyecto.»
Por supuesto, Kelly también insiste en que la adopción del teletrabajo requiere algunas condiciones:
«Es necesaria mucha confianza y acceso a las herramientas adecuadas. Cuando no estás sentado en una oficina con tus compañeros, necesitas tener la posibilidad de enviarles un mensaje instantáneo, iniciar un videochat para verles las caras y a veces organizar alguna reunión breve con tu equipo. Todo esto tiene que hacerse de forma virtual, ¡menos mal que tenemos los recursos necesarios!»
Pero los beneficios que ha aportado el teletrabajo a Altitude van mucho más allá de las mejoras internas. Kelly también lo describe como una oportunidad importante para su empresa:
«Muchos clientes importantes nos decían: ‘no teníamos preparado ningún plan de teletrabajo y ahora no tenemos otro remedio, ¿cómo lo hacemos?’ Sin duda estuvimos muy liados y conseguimos algunas historias de éxito estupendas, con grandes o pequeñas empresas que trabajaron con nosotros para configurar su ambiente de trabajo a distancia. Hemos creado sistemas de la nada en dos días y también hemos formado a la gente para conseguir que sus equipos trabajen desde casa.»
Mirando al futuro
Como profesional del sector tecnológico, naturalmente Kelly también tiene en mente algunas ideas sobre el futuro de la industria de las telecomunicaciones.
«Creo que siempre hemos sabido, en este sector, que la nube iba a ser Io más puntero de la industria» expone. «Altitude se fija con entusiasmo en el mundo de la nube desde hace siete años y gestiona oficialmente sistemas cloud desde hace cinco. Así que diría que nuestra misión y nuestra personalidad es la de los pioneros, ¡siempre estamos entusiasmados si se trata de probar nuevas tecnologías!»
En cuanto a su propio futuro, Kelly imagina una larga carrera en Altitude, aunque con más responsabilidades y liderazgo.
«Siempre estoy mirando al futuro y realmente me gusta mi ‘work-life flow’ actual con Altitude y niños pequeños y la tendencia del mundo en estos momentos”, dice. “Espero un trepidante crecimiento para la compañía en los próximos años y mi idea es contar con un pequeño equipo de representantes de ventas a mi cargo, un programa de socios en marcha y un crecimiento empresarial adecuado.”
«Así es como espero que me vayan los dos próximos años de mi vida: con una buena historia que contar sobre el crecimiento y el éxito de esta pequeña empresa. Confío en poder decir que fui una parte importante de esto.»
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