El camino fácil para la migración
Un obstáculo frecuente a la hora de planear la transformación digital es que la explicación de la transición a la nube es demasiado abstracta. Aunque eres consciente de la flexibilidad y rentabilidad de usar la nube, tal vez no ves claro cómo empezar con el proceso de migración.
Para tratar este asunto, veamos un esquema general muy sencillo sobre cómo llevar tu sistema de comunicación a la nube y los beneficios que obtendrás cuando el proceso finalice.
- Visualiza tus objetivos finales
Los viajes más sencillos empiezan pensando con claridad en el destino final, y migrar a la nube no es algo distinto. Antes de empezar a pasar tus herramientas a Cloud, o incluso antes de planear ese movimiento, deberías valorar primero el resultado final que quieres conseguir.
Por ejemplo, ¿quieres mejorar la productividad? ¿Reducir los tiempos muertos en general? ¿Qué herramientas de colaboración estás usando ya y cuáles te gustaría llevarte a la nube?
Aunque estas preguntas parezcan demasiado obvias para dedicarles siquiera un minuto, es muy importante responderlas seriamente para tener claros los resultados que deseas.
Otra cuestión a tener en cuenta: si descubres que estás dejando de lado algún elemento de comunicación que te gustaría tener en la nube, ahora es el momento de identificarlos. Es posible añadirlos después de la migración, por supuesto, pero te quitarás un dolor de cabeza a posteriori si sabes de antemano las herramientas que vas a necesitar.
- Prioriza las herramientas que quieres migrar
Cuando tengas claros tus objetivos, puedes empezar a desarrollar una hoja de ruta. El primer paso en este proceso es identificar tus prioridades, y en concreto las soluciones de colaboración Cloud que vas a necesitar primero.
Ten en cuenta que no deberías interpretar este «primero» como «más valioso» o «la herramienta que vas a usar con mayor frecuencia». El punto de este paso no es predecir qué herramienta te resultará más útil, sino establecer los cimientos de tu futura arquitectura Cloud. Normalmente, esto incluirá datos de contacto, opciones VoIP y de videoconferencias, pero cada caso puede ser diferente. Lo importante es pensar en las bases de tu infraestructura digital que resulta imprescindible para que tus comunicaciones sigan funcionando.
- Evalúa tu red y prueba opciones
Con estos elementos de comunicación iniciales en la nube, habrás configurado parcialmente tu red, lo que implica que puedes empezar a probar cómo funciona tu red Cloud.
Estas pruebas implican un análisis general de la velocidad y la estabilidad de la red, aunque es igual de importante valorar el uso de las herramientas que has pasado a la nube. Cualquier opción VoIP, vídeo o incluso chat deberá ser testeada en entornos de prueba, valorando tantos escenarios como sea posible durante todo el proceso.
Al realizar estas pruebas, asegúrate de que también tienes en cuenta la seguridad de tu red. Estar completamente en la nube conlleva varios riesgos relativos a la privacidad y a la protección de datos en comparación con otros sistemas on-prem o híbridos, por lo que es vital que estos elementos reciban una atención especializada cuando empieces a implementar una infraestructura de comunicaciones operativa.
- Implementa (y haz partícipe a todo el mundo)
Obviamente, el objetivo final de cualquier transición Cloud debería ser conseguir que los empleados utilicen el sistema lo máximo posible. Sin embargo, en la práctica, suele ser necesario pasar por un periodo de transición hasta que esto realmente se consigue. Seguramente los profesionales necesitarán algo de formación antes de usar la nueva red correctamente y es posible que necesiten incluso un tiempo adicional para aclimatarse mentalmente a abandonar su anterior sistema instalado en el local o su configuración híbrida previa.
Para facilitar esto, es crucial dejar que el periodo de transición se produzca. Impartir la formación necesaria y permitir que los empleados comenten y compartan sus opiniones sobre el funcionamiento de la red; será más fácil implementar cualquier cambio futuro en la red cuando todavía esté en la fase inicial.
En cualquier caso, será importante contar con la implicación de tantos empleados como sea posible, de modo que las primeras valoraciones sean representativas del uso real que se dará a la red.
- No cierres la puerta a futuras actualizaciones y mejoras
Cuando tu arquitectura Cloud sea estable y todos los empleados estén involucrados, la parte más dura de la transición a la nube ya estará completada.
Ahora bien, no por ello deberías dejar de pensar en planes futuros para tu infraestructura.
Uno de los principales beneficios de este sistema es su escalabilidad y la facilidad para implementar mejoras y actualizaciones. En consecuencia, no deberías pensar en tu migración inicial como el último escalón al que puede aspirar tu red. A medida que utilices tu red de comunicaciones Cloud, no pierdas de vista el lanzamiento de nuevas herramientas o simplemente las mejoras disponibles sobre la propuesta que ya tienes.
Aunque todavía tengas que esperar, incorporar mejoras sobre la marcha te ayudará a que tu inversión en la nube sea todavía más rentable.
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