Acabemos enseguida con un mito: con LinkedIn no se vende.
O mejor aún: no es suficiente LinkedIn para vender.
Últimamente en Europa se habla mucho del Social Selling, sobre todo en referencia a LinkedIn, pero también a Twitter.
Los términos Social y Selling no han gustado demasiado a mucha gente, sobre todo a aquellos comerciales de toda la vida, muy capacitados en sus trabajos y no siempre abiertos a los cambios, a quienes he oído decir en varias ocasiones: «no tengo tiempo que perder con las redes sociales«.
Existe también otra categoría, los comerciales más abiertos a las novedades, los más propensos por lo digital, quizá por cultura o por cuestiones personales, que quieren descubrir estos nuevos mundos, técnicas y estrategias para vender más.
Pero con LinkedIn no se vende. O mejor aún: LinkedIn no es suficiente para vender.
Esta es la cuestión: LinkedIn es un instrumento muy potente que nos permite a todos contactar y crear relaciones con muchísimos profesionales de todo el mundo. Pero olvidémonos de contactar con clientes potenciales «en frío» para ofrecer nuestros servicios o productos: el efecto que tendremos será el contrario, lo más probable es que la persona no acepte nuestra invitación y se olvide de nosotros. Hace falta cambiar esta manera de ver las cosas: vivimos en un mundo digital, y aunque no existan reglas científicas, hay algunos aspectos a tener en cuenta.
Es bueno no confiar en aquellas personas que comparten «trucos» para hacer Social Selling.
La realidad es que no existen reglas fijas y seguras a seguir, hace falta aprender un método nuevo.
Lo digo utilizando a mí misma como ejemplo.
Yo siempre he encontrado oportunidades de trabajo y clientes potenciales gracias a LinkedIn desde hace unos 5 años. Especialmente al principio, ha sido un trabajo duro y largo, de relaciones y de conseguir la confianza de la gente, de marcas personales, de formación, de elaboración, de descubrimientos, de curiosidad. Además, todo se debe a que no soy una vendedora, por lo que para mí todo el camino ha sido muy cuesta arriba.
Para alguien que se dedica a las ventas sería todo lo contrario. Se trata de una persona muy capaz en la preventa y en la venta, con muchos años de experiencia en el bolsillo y una profesionalidad envidiable.
¿Y ahora? Ahora se trata de traducir todas estas capacidades al mundo digital. No va a resultar fácil, pero tampoco imposible: he seguido y trabajado con muchos comerciales y asesores, tanto italianos como internacionales, y la satisfacción por ambas partes ha sido muy alta.
Se trata de tener ganas de aprender, de entrar en juego, de cambiar de mentalidad y de no olvidarse que LinkedIn no llegará a sustituir los negocios que hayas conseguido hasta ahora, sino que podrá llegar a ser un canal más, otro medio más (y muy potente) para poder encontrar, contactar y conocer clientes potenciales y colaboradores, escogiéndolos de entre los más de 630 millones de usuarios en todo el mundo.
Por lo tanto, con LinkedIn no se vende. O mejor aún: LinkedIn no es suficiente para vender.
En otras palabras: podríamos ser los usuarios más expertos de LinkedIn y tener acceso a todas las plataformas de pago de todo el mundo. Pero si no cambiamos de mentalidad y no entramos en juego, LinkedIn no non servirá de nada y difícilmente nos traerá resultados.
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